¿Has oído hablar alguna vez de la Otoplastia? Pues es un tipo de cirugía que corrige los posibles problemas estéticos relacionados con nuestras orejas. Corrige las mal llamadas “orejas de soplillo” y, aunque quizá no sea la intervención más habitual ni la más conocida, es capaz de eliminar importantes problemas derivados de complejos y de una posible falta de autoestima.
Tener las orejas separadas o muy grandes puede ser, por desgracia, motivo de burla, en especial entre los más jóvenes, incluidos los niños, debido a la presión que sufren en el entorno escolar. La forma o la posición de las orejas, si no mantienen un aspecto proporcionado y armónico, a la larga pueden acarrear importantes problemas psicológicos asociados a una falta de autoestima y a una percepción insatisfactoria de nuestra apariencia física.
Para corregir la separación excesiva de las orejas, existe en la actualidad una nueva técnica llamada EarFold. Se trata de un pequeño implante hecho de Titanio y Níquel, de un grosor parecido al de un cabello humano, que se introduce bajo la piel a través de una pequeña incisión. Es una técnica muy efectiva y permite que el cirujano pueda enseñar al paciente el resultado final antes de comenzar la operación. Esto es importante ya que supone un cambio en nuestro rostro y debe ser lo más natural y armonioso posible.
La intervención es muy sencilla y en la mayoría de los casos, exceptuando en pacientes menores, la anestesia es local. El postoperatorio también resulta cómodo ya que en 24 horas podemos hacer vida normal y retirar los vendajes.
La Otoplastia tradicional también es una intervención eficaz y sencilla. Pasadas las primeras 24 horas tras la operación se retiran los vendajes y, como con la técnica EarFold, se puede hacer vida normal. En ambos casos la sutura es interna y tan solo hay que retirar los extremos una semana después.
Debemos saber que la Seguridad Social no cubre este tipo de intervenciones a menos que el defecto a corregir pueda suponer un problema grave de salud físico o psicológico. Es decir, que salvo casos extremos si queremos acabar con este problema debemos ponernos en manos de un médico especialista en cirugía estética.
